Hace ya un tiempo atrás descubrí una de las mejores formas de vivir, y es que para tener una vida saludable, no solo debemos comer bien, dormir lo suficiente y hacer bastante ejercicio, sino que también procurar mantener un espíritu contento sin cargar con el peso del odio y evitar las grandes preocupaciones, aunque de estas dos últimas, debo confesar que la más difícil de llevar siempre es el odio...
Sobre el odio, no en vano el chavo repetía "EL ODIO, MATA EL ALMA Y LA ENVENENA". Cuando era aún más joven, hubo un tiempo en que mi corazón albergó este sentimiento de manera profunda, volviendo mi vida gris, mis días llenos de ira y mi alma se asfixiaba con tan solo ver a esa persona que había generado tales sentimientos.
Sin embargo, no solo existe el odio, hacia una persona, también está el odio hacia el trabajo, hacia una institución y hasta inclusive, odio hacia nosotros mismos o a alguna cosa que no podamos cambiar en nuestras vidas y es que básicamente el odio nace, del descontento por una situación generada que no nos permite pensar en nada más que en ella, y perdemos por completo la noción real de la vida, perdemos de vista el horizonte. cerramos nuestra mente y solo vemos una cosa, todo el tiempo y más encima, es un problema irresoluble para nosotros, llegamos a tal punto que perdemos la noción de la realidad y comenzamos a perder el sabor dulce de la vida, todo se nos agria y a nuestro alrededor sin darnos cuenta todo comienza a intoxicarse con nuestra forma negativa de apreciar la vida.
Pues bien, después de haber conocido de muy cerca este sentimiento, simplemente llegó un momento en la vida que no puede más... porque sentía que al cargar con semejante peso me estaba hundiendo cada vez más. Entonces, ¿que hacer?, simplemente lo que se debe hacer... dejar de huir del problema, enfrentarlo, descargar toda esa basura que estaba pudriendo mi alma y descargarlo ante quien o que había generado tal sentimiento, para posteriormente dar paso al perdón. Increíblemente, al hacer esto, el peso que me quité de encima es una sensación pocas veces experimentadas y más aún cuando esta experiencia va acompañada del perdón que entra a refrescar el espíritu como un suave bálsamo.
Y es que no hay mejor terapia, que traspasar todo ese mal y pesar que pasaste por causa de una persona, a la misma persona en cuestión, expresándole todo de forma clara y directa, cuando hagas esto, haslo simplemente por el hecho de desahogarte... lo que venga después, en algunas ocasiones son sorpresas agradables y en otras solo confirmas que la persona no vale la pena, ni si quiera como para desgastar sentimientos de odio hacia ella, pero sea como sea, de alguna forma es como decirle... mira, mira mi vida y lo miserable que he sido con todo esto, pero ahora, la responsabilidad de todo esto recae sobre ti... y ve tu cómo lo manejas, porque yo ya me cansé de llevar esta mochila.
Increíblemente, solo cuando has hecho esto, el enfoque de la vida cambia enormemente. Por eso he aquí mi consejo... NO GUARDES ODIOS, NI RENCORES DE NINGÚN TIPO, NO TE ENGRANDECEN, NI TE HACEN PROGRESAR EN LA VIDA, SINO QUE POR EL CONTRARIO, TODO EN TI Y A TU ALREDEDOR SE MARCHITA. MEJOR, SUELTA TODO AQUELLO QUE TE PESA Y SE LIBRE, APRENDIENDO A PERDONAR.
Esta es una de las mejores formas de vivir, que conozco, hoy por hoy, no le guardo rencor a nadie, pero así también, existe mucha gente que ha tenido que escuchar mis verdades respecto a alguna situación que me ha hecho sentir muy mal en su minuto. Sin embargo, mi mochila... sigue liviana.