lunes, 6 de agosto de 2012

La importancia de los duelos

Recientemente falleció uno de los grandes y mejores amigos de mi padre... un golpe bastante duro para él, quien a sus años, ya no le es fácil encontrar nuevos amigos y mucho menos cultivar amistades como las que hizo cuando era joven y el duelo por el fallecimiento de este amigo le tomó bastante tiempo..

Este hecho, sumado a otros incidentes en mi vida me ha llevado a reflexionar sobre los duelos de la vida. Y es que no tan solo el fallecimiento de un ser querido conlleva un duelo sino que toda aquella situación que estaba destinada a alguna meta y que de súbito, cuando estaba en camino de lograrse, por algún motivo ya no va más...

Por ejemplo... han existido momentos en mi vida en los cuales me he hecho muchas expectativas sobre alguna relación de pareja y finalmente las cosas no han salido como se esperaba y todo se ha acabado. O también me ha pasado que he hecho proyectos de vida en los cuales he invertido mucho tiempo y ganas, pero por la intervención de algún evento, ya las condiciones apropiadas para que ese proyecto siga su curso,  no se encuentran. 

También las relaciones de amistad están sujetas a este tipo de sucesos y así una infinidad de cosas que nos provocan una mezcla enorme de sentimientos dolorosos y negativos cuando llegan a su término, por lo que muchas veces nos negamos a enfrentarlos, evadimos la situación llenando nuestros días de trabajo y actividades... y es que a nadie le gusta sentirse mal. Sin embargo, la misma experiencia me ha enseñado que no hay nada peor que pasar por un duelo mal vivido.

Un duelo mal vivido, es aquel en el cual no te has tomado el tiempo suficiente para sentir el dolor de una pérdida, llorar como corresponde por ella, aceptar el hecho que ya se fué y reflexionar sobre las cosas positivas y negativas que aportó a tu vida, para finalmente conservar lo mejor de ella y volver a levantarte. 

Cuando esto sucede y vives la vida como si nada hubiese pasado, tarde o temprano el pasado te alcanza y para cuando ese momento llega el dolor es mucho más profundo, pues todo el remordimiento de los años en que debiste hacer algo y no lo hiciste, pesan. 

También a veces pasa, que por no vivir este duelo, por decirlo de alguna forma, te quedas pegado a una idea, cosa que de ninguna forma te permite avanzar en la vida.

Mi conclusión al respecto... aprender a vivir la vida con todos sus matices a veces no es fácil, pero si quieres vivir la vida plenamente tienes que aprender que AUNQUE A VECES NO ES DE EL COLOR QUE QUIERES, ES TU VIDA Y VALE LA PENA VIVIRLA CON TODO LO QUE ELLO IMPLICA, sintiendo los sabores dulces y amargos de la misma, en el tiempo que es propicio para ello.

Una última cosa hablando de duelos, la pregunta que a veces  surge en estos casos es ¿Hasta cuando debe durar mi duelo?, esto no es tan difícil de saber, si bien es cierto no hay un tiempo determinado para ello, pues cada persona tiene su propia visión del tiempo, yo pienso que el tiempo apropiado para un duelo es el suficiente como para que te sientas cómodo(a) con tu nuevo estado de vida, aceptando la pérdida de lo que ya no conformará parte de tu vida y como dije antes, la única forma de que esto suceda es tomándose los tiempos apropiados para, sentir el dolor, llorar, perdonar, pedir perdón y perdonarse a si mismo, aceptar y entender la pérdida y finalmente conservar lo mejor de aquello que existió, para finalmente volver a mirar hacia adelante y continuar, sabiendo que la vida sigue y es preciso vivirla lo más intensamente posible.