Cuando uno tiene un hijo, todo lo que eres hasta ese momento cambia y así lo
siente cada padre y madre que sostiene por primera vez entre sus manos a su
hijo recién nacido, sin embargo ese vínculo casi siempre se estrecha más con la
madre que con el padre en la primera infancia de forma natural principalmente por
la dependencia absoluta de su madre como fuente de alimentación, lo que
normalmente debería traer consigo también un apego afectivo muy grande, ante
esta situación, el padre debe realmente hacer un esfuerzo por lograr ese apego
y aunque en la gran mayoría de los casos de parejas estables esto se da con
mucha naturalidad, para aquellos padres que trabajan lejos y son proveedores
exclusivos de la familia, esta situación se vuelve un poco más difícil, más
extraña, más lejana... cuesta un poco explicarlo, pero para un hombre quien no
ha sentido al bebé crecer en e su vientre, quien no ha sentido el primer
contacto con su hijo y no tiene idea de todo lo grande y maravilloso que
implica el hecho de ver y sentir lactar a tu hijo, para él es realmente un
trabajo establecer lazos afectivos... no porque no quiera, sino porque aún
cuando es consciente que ese hijo lleva su sangre, él siempre va a mantener una
distancia respecto del niño o niña si no pone en práctica su capacidad de
relacionarse, su capacidad de mantener el contacto físico, su capacidad de
tocar, de besar, de abrazar de sentir! y todo eso es un trabajo, trabajo que a
la mayoría de las mujeres nos es muy fácil hacer porque lo traemos de por si en
los genes.
Sin embargo, aún cuando comprendo bien el espíritu de un hombre en este
aspecto y entiendo que muchas veces el instinto no aparece fácilmente,
considero que ellos son los que deben dar el primer paso en el acercamiento
hacia su hijo o hija y es su deber además como hombre generar las instancias
para que estos momentos se den y se prolonguen en el tiempo, a pesar del
trabajo o las preocupaciones que trae la cotidianidad.
En estos tiempos, donde las relaciones de pareja no logran estabilidad, la
lucha de los hombres por el contacto con sus hijos debe ser aún mayor, sin
embargo al mirar a mi alrededor veo muchas veces que se anteponen los intereses
personales de los progenitores y las necesidades de los niños pasan a segundo o
tercer plano.
Y la mayoría de hombres, tiende a justificar su ausencia de la vida de sus
hijos en el trabajo o en otros casos aún en las malas relaciones con las
madres... sin embargo, como dicen por ahí, quien quiere puede... entonces que
pasa? simple y sencillamente, he visto que los hombres bajan los brazos
muy fácilmente ante una situación conflictiva y finalmente les es más fácil
vivir tras una excusa. Es clarísimo que no todos los hombres son así, pero hay
un gran grupo que si ha puesto esta realidad como patrón de vida.
Mi forma de pensar al respecto es que un hijo no pide llegar al mundo, es traído por decisión de sus padres, ya
sea planificado o no y por tanto son los padres responsable de él desde el
momento que fue concebido hasta su mayoría de edad y aún más... entonces, bajo esa
perspectiva, no importa la situación en la cual se viva, un padre y una madre
deben hacer el esfuerzo constante por mantener el contacto con sus hijos
y en ello debe hacer su mayor y mejor esfuerzo, puesto que un hijo es la mayor
de sus responsabilidades.
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jueves, 13 de febrero de 2014
martes, 4 de febrero de 2014
La mejor forma de dar
Cuando nosotros damos, casi siempre damos
pensando desde nuestro punto de vista... y eso se ve reflejado por ejemplo, al momento de
buscar un presente de cumpleaños para alguien ... la mayoría de
nosotros nos quebramos la cabeza buscando un regalo que le guste a la persona
que le vamos a entregar el presente, sin embargo buscamos y buscamos cosas,
pensando en todo momento como nosotros mismos y de seguro en más de una ocasión nos ha pasado
que regalamos algo y el regalo al poco tiempo después queda abandonado en algún rincón, eso es
porque se apreció mucho el gesto, sin embargo el regalo no iba realmente con la
persona o no era algo que la persona realmente necesitara o quisiera.
Cuando entonces le apuntamos al regalo exacto?,
cuando nos detenemos a pensar en la persona, en su vida diaria, en las cosas
que hace, en sus necesidades, en sus gustos, sus pasiones... entonces recién,
ahora haciendo el ejercicio mental, de pensar como esa persona, de intentar
sentir como esa persona, recién ahí podemos percibir... qué cosas son de
interés real para ella y así fácilmente el regalo perfecto, llega a nuestras
manos.
Así también, en lo que respecta a la vida diaria
y la forma de relacionarnos con nuestros pares, ya sean amigos, familiares o
parejas, influye mucho el factor empático en nuestras relaciones
interpersonales, puesto que el trato que se entrega a alguien de cierta medida
es un regalo, es una forma de entregar nuestras ideas, pensamientos, gestos y
modos adaptándolos a quien tengamos por en frente.
Sin ir más lejos, tiempo atrás, recuerdo haber
pasado por un periodo horrible con mi madre, una etapa muy difícil en la cual
no lograba hacer que ella me entendiese y a causa de eso, nuestras peleas eran
constantes, llegando un punto en donde ya la comunicación estaba tan quebrada
que solo nos gritábamos. Cierto día, al ver que estrategia tras estrategia para
lograr una comunicación con ella se rompía y no llegaba a nada, simplemente
decidí callar, dejar que hablase y así empezaron a pasar los días, si bien es
cierto yo sabía exactamente todo lo que ella tenía que decirme y comprendía a
la perfección su modo de pensar y sus sentimientos, al tratar de imponer mi
forma de pensar en nuestras conversaciones nada funcionaba, entonces comprendí…
comprendí que a veces lo que tu quieres dar de ti en una relación no siempre es
lo mejor, a veces lo mejor es dar lo que la otra persona necesita, así poco a
poco en el tiempo, le fui dando espacio para que hablara y un día, me di cuenta
que necesitaba simplemente dos palabras para ir sanando su corazón. TE QUIERO.
Al principio las repetí solo por compromiso, solo por el hecho de ser consciente
de que ella necesitaba eso… sin embargo día tras día que le repetía estas
palabras, el sentimiento comenzó nuevamente a apoderarse de mi y comenzó a
sanar mis heridas también y ha llegado a un punto tal que hoy cuando salen esas
palabras de mi boca son de lo más profundo de mi corazón.
Por esto y otras cosas más, soy de las personas
que tiene la convicción absoluta que no hay ninguna relación, que tras una
ruptura, no pueda componerse... porque personalmente he vivido periodos de mi
vida en donde aparentemente las relaciones estaban completamente quebradas,
pero después de intentarlo nuevamente una y otra vez se han recompuesto, por tanto aún cuando se piense que todo está
perdido, yo creo que las cosas no son tan así, pero para que eso se dé, se
deben generar las condiciones para reencantar la relación... y en eso lo más
importante es el abandonar un poco nuestro punto de vista para mirar las cosas
desde el punto de vista contrario y cuando uno AMA, uno nunca se da por
vencido.
Aprender a empatizar (ser empático con una
persona) , es algo que nos permitirá ampliar la visión de las cosas alcanzando
no solo a captar la idea del punto de vista ageno, sinó que en algunos caso
inclusive se llega a sentir como el otro siente, lo cual te permite comprenderlo
en profundidad y esto a su vez nos da la opción de poder acercarnos de mejor
forma, donde recién ahí podremos dar a los demás lo que ellos necesitan de nosotros.
Empatizar
no es algo fácil de realizar, especialmente para quien está acostumbrado a
mantener su ego en alto ante todo, porque empatizar es un acto de nobleza que
requiere humildad para entender al otro en sus necesidades y sentimientos. Sin
embargo cuando logramos dejar nuestro orgullo de lado y damos cabida al
sentimiento de amor que tenemos hacia la persona con la cual intentamos mejorar
nuestra relación, logramos el objetivo de este ejercicio, que no es otro que
entregar un poco de comprensión para hacer que las cosas realmente funcionen.
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