domingo, 9 de diciembre de 2018

Embarazo no programado

Ser mujer conlleva una cantidad infinita de preocupaciones y responsabilidades que los hombres jamás podrán tomar conciencia plenamente. En este post hablaré de lo que en mi caso personal involucró tener un embarazo no programado y está dirigido a toda mujer que como yo ha pasado o están pasando por el difícil momento de tener que tomar una decisión, frente a una vida que crece dentro de ellas.

Mi historia, seguro la habrán escuchado en otro lado, vas viviendo la vida feliz en plena juventud, sin mayores responsabilidades que ti misma y de pronto, algo falla y quedas embarazada, en el momento menos conveniente. En mi caso a mitad de mis estudios universitarios, con un futuro por delante y un pasado que me pesaba mucho especialmente al ser hija de una familia tradicional cristiana donde se supone los hijos deben venir después dentro del matrimonio y no antes de casarme.

En aquel tiempo tenía una relación que creía estable, hasta el momento que comunique mi situación... Saben, mi hijo no tuvo la mejor bienvenida en ninguna parte salvo en mi corazón, seré sincera lloré mucho y para serles franca me hicieron dudar sobre si tener a mi hijo o no. Porque vaya, mi pareja no se sentía preparado para esa responsabilidad, mi familia sintió que truncaba mi futuro y los amigos... paulatinamente todos se alejaron.

Ahí estaba yo, con un montón de dudas, preocupaciones y tristezas, sin saber cómo avanzar... y cada persona que me vio en esos momento solo mostró lástima por mi, no encontré a ninguna persona que me diera fuerzas para seguir adelante... tenía que tomar una decisión, sabiendo que en mi vida si decidía quedarme con mi hijo las posibilidades de tener una vida normal (ser profesional, casarte, tener hijos) jamás se darían de manera optima, es más cabía la posibilidad que todo saliera mal. Y ahí estaba... ¿que decidiría?.

Tomé todos los argumentos que me dieron como para no tener un hijo y vaya que fueron muchos y de mucho peso. Luego tomé los argumentos médicos en favor y en contra. Finalmente me miré a mi misma y me pregunté ¿Quieres a este bebé?.  Puse en la balanza todo, mi relación de pareja, mi relación de familia, mis amigos, mi carrera... todo... y en el otro lado solo la respuesta a esa pregunta y mi respuesta pesó más. Era solo una ... SI... Un si tan grande y tan potente que estaba dispuesta a todo por este bebé.

Cuando miro atrás y me veo a mi misma en ese momento y creo que solo aquellas que han estado en mi situación entenderán que la presión social es inmensa, que uno como mujer por naturaleza tiende a decir que si ese bebé, pero encuentra tan poco apoyo a su alrededor que es realmente difícil luchar por esa vida nueva que se está gestando dentro de ti. Las mujeres no deberíamos estar decidiendo sobre la vida de otro ser vivo, deberíamos estar decidiendo de que manera lo traeremos a la vida y cómo lo sacaremos adelante, eligiendo los trabajos que más nos convenga para asegurar nuestros ingresos y que a esa criatura no le falte nada.

Volviendo un poco sobre lo mismo, decir que si a la vida, hoy en día es un acto de valentía, porque te cierras automáticamente muchas puertas. Y yo no les voy a mentir, llevo apenas 11 años recorridos pero las he pasado muy difícil, donde los apoyos han sido contados con la mano y entre las personas que te han dado la espalda puedes contar a los más cercanos, aún así me animé a retomar mis estudios y decidí dar la pelea, no obstante el dinero siempre me era escaso. Me tomó el doble de años estabilizarme económicamente que aquellas de mis conocidas que habían tenido un marido al lado. No se si a las madres con esposo les pasa lo que a mi, pero de alguna manera he sentido que los hombres se me acercan como diciendo tu necesitas un hombre que te mantenga y le de un ejemplo a tu hijo. Por otro lado las mujeres te miran como un peligro para sus hombres porque claro... tuvo el descaro de ser madre soltera, puede meterse con cualquiera. En fin... con el tiempo te vas haciendo resistente a eso, pero cuando tenía mi hijito chiquito para mis adentros decía, si si quiera el padre de mi hijo estuviera conmigo me respetarían más. Y es que yo veía como otras chicas iban con sus parejas a la consulta médica y las atendían de mil amores y hay si no fuera así porque ahí salía la pareja a defenderlas, en cambio yo me tuve que aguantar muchas situaciones incómodas, solo por llegar sola con mi bebé en brazos. Así en miles de situaciones similares...

Se me presentaron mil desafíos, desde cómo aprender a atender a mi bebé (vestirlo, bañarlo, darle de comer) hasta cómo enseñarle a caminar, a ir al baño, luego la escuela, etc... y así fue pasando mi vida tratando de cumplir en todos lados, en el trabajo, mis estudios, como madre, como apoderado y en medio de todo intentando no perderme a mi misma, cosa que es realmente difícil, porque debo admitir que en el camino siempre algo se va perdiendo, pero no me lo tomo a mal, porque por cada cosa perdida algo nuevo llegó a mi vida y con cada desafío crecí un poco más, me volví más fuerte emocionalmente y aprendí de mi misma que aún cuando consideraba que mis fuerzas no daban para más, siempre encontraba un poco más para avanzar, para mejorar, para superarme y aunque a ratos me sentía sola, mi hijo gritaba tan fuerte y con tantas ganas que me amaba que me era imposible abandonar esta vida cuando pasé por mis momentos más negros, porque ahora ya no estaba solo yo, estaba él detrás mío y si yo caía, caía él conmigo y puede que yo en algunos momentos me mirara a mi misma con lástima y desprecio, pero cuando mis ojos miraban a mi hijo nacían esas ganas de darle lo mejor y luchar porque él jamás tenga que pasar por las tristezas que yo, por lo cual a estas alturas considero que nunca tiraré la toalla.

Hace poco me enteré que desarrollé una enfermedad auto inmune que nadie sabe exactamente como se da, solo se sabe que es una enfermedad que muy rara vez se da en personas de mi edad, no tiene cura, es crónica y tengo que aprender a vivir con ella. Tuve un año horrible, con muchos dolores y una condición generalizada de todo mi cuerpo alterada (estados muy parecidos a ataques epilépticos por días)... estuve a poco de perder la vida porque los médicos no sabían explicar lo que me pasaba y he tenido que pasar de médico en médico. y pasar por un proceso de recuperación extremadamente largo con terapia de rehabilitación para volver a caminar incluida... Cuando miro todo esto y miro donde estaba mi hijo, me doy cuenta del valioso regalo que Dios me ha dado, porque ha sido él quien me ha acompañado a todas parte, quien ha tenido que aprender a cocinar, a mantener la casa, quien ha tenido que vestirme y ponerme desde la ropa interior hasta abrocharme los zapatos, quien ha tenido que aguantar mis malos estados de humor, mis llantos, mis frustraciones y todo lo que implica que la vida te cambie tan dramáticamente y con todo y todo lo he visto ahí conmigo, apoyándome en todo, dándome un abrazo cada vez que lo necesito, retándome cuando ha hecho falta, discutiendo conmigo haciéndome ver que mi vida vale la pena y repitiéndome siempre que soy bella y que me ama.

Cuando miro hacia atrás y vuelvo a ese minuto de mi vida donde tuve que decidir si quedarme con mi hijo o no, ya no queda duda alguna en mi ser, sino solo dar gracias a Dios por esta oportunidad, porque a pesar de las dificultades no puedo imaginar lo terrible y vacía que hubiera sido mi vida sin él. Y jamás pensé que el acto de darle la oportunidad a vivir a un ser humano, me traería la vuelta de mano tan pronto en la vida.

En las noticias actuales, la batalla mediática que existe por la lucha entre los derechos de la mujer y el derecho a la vida del no nato, miro y digo ¿cual es el afán de contraponer dos conceptos que jamás han estado en conflicto?. Cada mujer que nace mujer y quiere seguir siéndolo, tiene que admitir que desde que nacemos venimos al mundo con una responsabilidad distinta a la del hombre y que no es nada tan terrible como lo pintan, que muy por el contrario es una bendición si la asumes como corresponde. Con esto me refiero al hecho de que como mujer debemos ser clarísimas que solo por ser mujer tenemos la maravillosa oportunidad de contener la vida en sus orígenes y que mientras estemos en condición fértil no existe anticonceptivo eficaz al 100%, por tanto si algo falla, te toca asumir tu roll en esta vida y será hora de respetarte a ti misma y darle valor a tu género, completar el proceso que implica tener un hijo e idealmente criarlo. Desde mi punto de vista respetar el hecho de ser mujer,  implica respetar los derechos a la vida de ese pequeño ser humano que un día puede ser quien te termine rescatando a ti.

Considero que en vez de estar luchado por por quien tiene más derecho, deberíamos estar luchando por la aceptación e inserción de la mujer en todo ámbito de tal manera que no pierda el apoyo de la sociedad en ningún momento y menos porque ha decidido transformarse en madre. A lo que me refiero es que deberían haber más oportunidades y trabajos flexibles a los que pueda optar para no tener que elegir entre el trabajo o su hijo. Así ella no dejaría de ser productiva lo cual le permitiría mantener no solo una fuente de ingresos, sino su valía como persona en la sociedad y de pasada su autoestima, con ello seguro que tendríamos más hombres valorando a sus mujeres y menos hombres viéndolas como carga. Recién ahí podríamos hablar de igualdad entre hombres y mujeres.

Finalizando, puedo decir que si bien un embarazo no programado puede complicarte la vida en un principio (por cuestiones sociales más que otra cosa), no es nada que como mujeres no podamos sobrellevar, donde si lo asumes como corresponde jamás te arrepentirás y como alguien que ha pasado por mucho te puedo decir que si se puede salir adelante y puedes tener éxito y que tu hijo/a, si lo integras a tu vida como una extinción de ti misma, verás que se transformará en ese apoyo que ningún hombre te habría podido dar, porque el amor de un hijo tiene mucho más fuerza que el amor que cualquier otra persona.

En este post, quiero también hacer un gran reconocimiento a aquellos hombres que han tenido que asumir el cuidado y la educación de un niño(a) solos. Porque aunque no han tenido que elegir traer una vida al mundo han tenido que desarrollar su sensibilidad e ingenio para arreglárselas en un mundo que es bastante duro, que asume que esa función principalmente le corresponde a las mujeres. Para ellos mis respetos y admiración.