Ser mujer conlleva una cantidad infinita de preocupaciones y responsabilidades que los hombres jamás podrán tomar conciencia plenamente. En este post hablaré de lo que en mi caso personal involucró tener un embarazo no programado y está dirigido a toda mujer que como yo ha pasado o están pasando por el difícil momento de tener que tomar una decisión, frente a una vida que crece dentro de ellas.
Mi historia, seguro la habrán escuchado en otro lado, vas viviendo la vida feliz en plena juventud, sin mayores responsabilidades que ti misma y de pronto, algo falla y quedas embarazada, en el momento menos conveniente. En mi caso a mitad de mis estudios universitarios, con un futuro por delante y un pasado que me pesaba mucho especialmente al ser hija de una familia tradicional cristiana donde se supone los hijos deben venir después dentro del matrimonio y no antes de casarme.
En aquel tiempo tenía una relación que creía estable, hasta el momento que comunique mi situación... Saben, mi hijo no tuvo la mejor bienvenida en ninguna parte salvo en mi corazón, seré sincera lloré mucho y para serles franca me hicieron dudar sobre si tener a mi hijo o no. Porque vaya, mi pareja no se sentía preparado para esa responsabilidad, mi familia sintió que truncaba mi futuro y los amigos... paulatinamente todos se alejaron.
Ahí estaba yo, con un montón de dudas, preocupaciones y tristezas, sin saber cómo avanzar... y cada persona que me vio en esos momento solo mostró lástima por mi, no encontré a ninguna persona que me diera fuerzas para seguir adelante... tenía que tomar una decisión, sabiendo que en mi vida si decidía quedarme con mi hijo las posibilidades de tener una vida normal (ser profesional, casarte, tener hijos) jamás se darían de manera optima, es más cabía la posibilidad que todo saliera mal. Y ahí estaba... ¿que decidiría?.
Tomé todos los argumentos que me dieron como para no tener un hijo y vaya que fueron muchos y de mucho peso. Luego tomé los argumentos médicos en favor y en contra. Finalmente me miré a mi misma y me pregunté ¿Quieres a este bebé?. Puse en la balanza todo, mi relación de pareja, mi relación de familia, mis amigos, mi carrera... todo... y en el otro lado solo la respuesta a esa pregunta y mi respuesta pesó más. Era solo una ... SI... Un si tan grande y tan potente que estaba dispuesta a todo por este bebé.
Cuando miro atrás y me veo a mi misma en ese momento y creo que solo aquellas que han estado en mi situación entenderán que la presión social es inmensa, que uno como mujer por naturaleza tiende a decir que si ese bebé, pero encuentra tan poco apoyo a su alrededor que es realmente difícil luchar por esa vida nueva que se está gestando dentro de ti. Las mujeres no deberíamos estar decidiendo sobre la vida de otro ser vivo, deberíamos estar decidiendo de que manera lo traeremos a la vida y cómo lo sacaremos adelante, eligiendo los trabajos que más nos convenga para asegurar nuestros ingresos y que a esa criatura no le falte nada.
Volviendo un poco sobre lo mismo, decir que si a la vida, hoy en día es un acto de valentía, porque te cierras automáticamente muchas puertas. Y yo no les voy a mentir, llevo apenas 11 años recorridos pero las he pasado muy difícil, donde los apoyos han sido contados con la mano y entre las personas que te han dado la espalda puedes contar a los más cercanos, aún así me animé a retomar mis estudios y decidí dar la pelea, no obstante el dinero siempre me era escaso. Me tomó el doble de años estabilizarme económicamente que aquellas de mis conocidas que habían tenido un marido al lado. No se si a las madres con esposo les pasa lo que a mi, pero de alguna manera he sentido que los hombres se me acercan como diciendo tu necesitas un hombre que te mantenga y le de un ejemplo a tu hijo. Por otro lado las mujeres te miran como un peligro para sus hombres porque claro... tuvo el descaro de ser madre soltera, puede meterse con cualquiera. En fin... con el tiempo te vas haciendo resistente a eso, pero cuando tenía mi hijito chiquito para mis adentros decía, si si quiera el padre de mi hijo estuviera conmigo me respetarían más. Y es que yo veía como otras chicas iban con sus parejas a la consulta médica y las atendían de mil amores y hay si no fuera así porque ahí salía la pareja a defenderlas, en cambio yo me tuve que aguantar muchas situaciones incómodas, solo por llegar sola con mi bebé en brazos. Así en miles de situaciones similares...
Se me presentaron mil desafíos, desde cómo aprender a atender a mi bebé (vestirlo, bañarlo, darle de comer) hasta cómo enseñarle a caminar, a ir al baño, luego la escuela, etc... y así fue pasando mi vida tratando de cumplir en todos lados, en el trabajo, mis estudios, como madre, como apoderado y en medio de todo intentando no perderme a mi misma, cosa que es realmente difícil, porque debo admitir que en el camino siempre algo se va perdiendo, pero no me lo tomo a mal, porque por cada cosa perdida algo nuevo llegó a mi vida y con cada desafío crecí un poco más, me volví más fuerte emocionalmente y aprendí de mi misma que aún cuando consideraba que mis fuerzas no daban para más, siempre encontraba un poco más para avanzar, para mejorar, para superarme y aunque a ratos me sentía sola, mi hijo gritaba tan fuerte y con tantas ganas que me amaba que me era imposible abandonar esta vida cuando pasé por mis momentos más negros, porque ahora ya no estaba solo yo, estaba él detrás mío y si yo caía, caía él conmigo y puede que yo en algunos momentos me mirara a mi misma con lástima y desprecio, pero cuando mis ojos miraban a mi hijo nacían esas ganas de darle lo mejor y luchar porque él jamás tenga que pasar por las tristezas que yo, por lo cual a estas alturas considero que nunca tiraré la toalla.
Hace poco me enteré que desarrollé una enfermedad auto inmune que nadie sabe exactamente como se da, solo se sabe que es una enfermedad que muy rara vez se da en personas de mi edad, no tiene cura, es crónica y tengo que aprender a vivir con ella. Tuve un año horrible, con muchos dolores y una condición generalizada de todo mi cuerpo alterada (estados muy parecidos a ataques epilépticos por días)... estuve a poco de perder la vida porque los médicos no sabían explicar lo que me pasaba y he tenido que pasar de médico en médico. y pasar por un proceso de recuperación extremadamente largo con terapia de rehabilitación para volver a caminar incluida... Cuando miro todo esto y miro donde estaba mi hijo, me doy cuenta del valioso regalo que Dios me ha dado, porque ha sido él quien me ha acompañado a todas parte, quien ha tenido que aprender a cocinar, a mantener la casa, quien ha tenido que vestirme y ponerme desde la ropa interior hasta abrocharme los zapatos, quien ha tenido que aguantar mis malos estados de humor, mis llantos, mis frustraciones y todo lo que implica que la vida te cambie tan dramáticamente y con todo y todo lo he visto ahí conmigo, apoyándome en todo, dándome un abrazo cada vez que lo necesito, retándome cuando ha hecho falta, discutiendo conmigo haciéndome ver que mi vida vale la pena y repitiéndome siempre que soy bella y que me ama.
Cuando miro hacia atrás y vuelvo a ese minuto de mi vida donde tuve que decidir si quedarme con mi hijo o no, ya no queda duda alguna en mi ser, sino solo dar gracias a Dios por esta oportunidad, porque a pesar de las dificultades no puedo imaginar lo terrible y vacía que hubiera sido mi vida sin él. Y jamás pensé que el acto de darle la oportunidad a vivir a un ser humano, me traería la vuelta de mano tan pronto en la vida.
En las noticias actuales, la batalla mediática que existe por la lucha entre los derechos de la mujer y el derecho a la vida del no nato, miro y digo ¿cual es el afán de contraponer dos conceptos que jamás han estado en conflicto?. Cada mujer que nace mujer y quiere seguir siéndolo, tiene que admitir que desde que nacemos venimos al mundo con una responsabilidad distinta a la del hombre y que no es nada tan terrible como lo pintan, que muy por el contrario es una bendición si la asumes como corresponde. Con esto me refiero al hecho de que como mujer debemos ser clarísimas que solo por ser mujer tenemos la maravillosa oportunidad de contener la vida en sus orígenes y que mientras estemos en condición fértil no existe anticonceptivo eficaz al 100%, por tanto si algo falla, te toca asumir tu roll en esta vida y será hora de respetarte a ti misma y darle valor a tu género, completar el proceso que implica tener un hijo e idealmente criarlo. Desde mi punto de vista respetar el hecho de ser mujer, implica respetar los derechos a la vida de ese pequeño ser humano que un día puede ser quien te termine rescatando a ti.
Considero que en vez de estar luchado por por quien tiene más derecho, deberíamos estar luchando por la aceptación e inserción de la mujer en todo ámbito de tal manera que no pierda el apoyo de la sociedad en ningún momento y menos porque ha decidido transformarse en madre. A lo que me refiero es que deberían haber más oportunidades y trabajos flexibles a los que pueda optar para no tener que elegir entre el trabajo o su hijo. Así ella no dejaría de ser productiva lo cual le permitiría mantener no solo una fuente de ingresos, sino su valía como persona en la sociedad y de pasada su autoestima, con ello seguro que tendríamos más hombres valorando a sus mujeres y menos hombres viéndolas como carga. Recién ahí podríamos hablar de igualdad entre hombres y mujeres.
Finalizando, puedo decir que si bien un embarazo no programado puede complicarte la vida en un principio (por cuestiones sociales más que otra cosa), no es nada que como mujeres no podamos sobrellevar, donde si lo asumes como corresponde jamás te arrepentirás y como alguien que ha pasado por mucho te puedo decir que si se puede salir adelante y puedes tener éxito y que tu hijo/a, si lo integras a tu vida como una extinción de ti misma, verás que se transformará en ese apoyo que ningún hombre te habría podido dar, porque el amor de un hijo tiene mucho más fuerza que el amor que cualquier otra persona.
En este post, quiero también hacer un gran reconocimiento a aquellos hombres que han tenido que asumir el cuidado y la educación de un niño(a) solos. Porque aunque no han tenido que elegir traer una vida al mundo han tenido que desarrollar su sensibilidad e ingenio para arreglárselas en un mundo que es bastante duro, que asume que esa función principalmente le corresponde a las mujeres. Para ellos mis respetos y admiración.
domingo, 9 de diciembre de 2018
miércoles, 21 de noviembre de 2018
Lo que todo hombre debe saber cuando quiere estar con una madre soltera
Las mujeres
que somos madres solteras no somos distintas al resto pero nos encontramos en
una etapa de la vida diferente y cualquier hombre que está solo debe ser consciente
de ello.
Primero: Somos y sentimos igual que toda mujer, con la
diferencia que nosotras cuidamos mucho más el hecho de a quien le entregamos
nuestros sentimientos, porque no por el
hecho de que seas “tremendo semental” o te consideres el hombre “más pudiente
de la tierra”, significará que eres apto para nosotras. Puesto que tenemos muy
claro que si nosotras caemos, detrás de nosotros caen nuestros hijos y como
somos fundamentalmente emocionales, pues nos cuidamos y ocultamos lo que
sentimos hasta que consideramos que la persona que tenemos frente a nosotros
realmente lo vale.
Segundo: Todo
hombre que quiera estar con una madre soltera debe saber que pocas son las
cosas que la sorprenderán en lo sexual, por lo que ella lo que más va a buscar
no es eso, sino sentirse segura, tanto físicamente, como emocionalmente y
porque no decirlo económicamente.
Tercero: Antes
de estar con una madre soltera, por favor date cuenta que no serás la
prioridad en su vida, ese lugar lo ocupa y lo ocupará siempre su hijo, no
obstante si tu eres la persona apropiada para ella lograrás obtener el lugar
que te mereces y podrás disfrutar la vida junto a ella.
Cuarto: Si
no aceptas a sus hijos, mejor ni intentes acercarte a ella, porque el corazón
de una mujer con hijos, se conquista en gran medida a través de los hijos.
Quinto:
Debes tener paciencia, porque te toparás con situaciones que nunca antes te
pasaron con mujeres sin hijos.
Sexto:
Generalmente a estas mujeres tienes que descubrirlas, porque ellas no son
extremadamente preocupadas de su apariencia personal, dado que su vida en
general está tan llena de cosas que lo último en considerar es estar atenta a como
visten o como se maquillan. Por lo que muchas veces ese “sentido de femineidad”
que los hombres buscan, no lo
encontrarán en la manera tradicional, es más, probablemente si buscas en su
ropa interior, poco o nada de lencería erótica encontrarás. Sin embargo nunca
te olvides que son mujeres igual que las demás y que si las incentivas de la
manera apropiada obtendrás lo que quieres, porque te aseguro no existe mujer en
este planeta a la que no le guste verse bella para su pareja.
Séptimo: Si
pretendes estar con una madre soltera, has de ser muy claro que serás tú quien
se deba integrar a su vida y no al revés, porque ella tiene que llevar una
rutina diseñada para la crianza de un hijo, entonces tu eres quien debe buscar encajar
en esa situación y adaptarte. Pero para que lo sepas, todos esos detalles la
mujer los observa y sabe muy bien cómo compensarlo a la hora de estar solos,
porque en cada una de esas cosas ella ve tu esfuerzo por lo cual le da un valor
especial.
Octavo: Sea
lo que sea que planifiques, nunca dejes de tomar en cuenta su hijo, ya sea que
planifiques una ida al cine, una cena, un paseo o incluso tiempo para pasar en
pareja, como sea, debes considerar que actividad deberá estar haciendo su hijo,
ya sea que comparta con ustedes o no.
Noveno: Si
bien aunque no seas el padre del niño, debes considerar que pasarás
probablemente mucho más tiempo con él que lo que su padre real le pueda dedicar
por tanto, de antemano debe hacerte a la idea que como sea te convertirás en un
hombre que estará permanentemente bajo la observación de un niño y que como tal
el aprenderá cosas de ti, ya sea que quieras enseñarle o no. En este punto creo
que un hombre inteligente sabrá aprovechar la oportunidad de mostrar lo mejor
de sí para plasmarlo en la mente de ese niño.
Décimo: No
puedes sentir celos de padre de ese niño, porque como sea esa es una historia
pasada y jamás podrás romper el vínculo entre padre e hijo, pero puedes crear
uno tan firme como ese convirtiéndote en su mentor.
Onceavo: Si
consideras que el niño debe ser corregido apela primero a la madre y hazle ver qué
cosas el niño debe corregir, habla directamente con el niño siempre en un tono
amable y amigable, pero jamás en la vida se te ocurra levantarle la mano y
evita a toda costa alzarle la voz o te ganarás un enemigo gratuitamente. Piensa
lo siguiente, antes que llegaras tu quien respondía por ese niño era su madre,
quien enderezaba el niño era su madre y frente a toda situación de corrección él
solo validará a sus progenitores y tu como la persona que estas recién ingresando
a su vida debes ser quien con el paso del tiempo se gane su respeto a través de
la admiración y no a través del miedo. Nunca te olvides que el respeto se gana
con amor.
Doceavo:
Piensa que si vas a estar con una madre soltera ganaste una familia
inmediatamente y viene sin manual, por lo que antes de, te aconsejo preguntar qué
edad tiene el niño, tratar de recordar tu infancia a esa edad y leerte unos
buenos libros de psicología práctica.
Con esto no
pretendo asustar a los hombres que quieran estar con una madre soltera, pero sí
creo que deben ser muy consientes que ellos afectarán la vida no solo de una
persona, sino la de una familia que hasta ahora ha vivido sin un hombre
presente y que por mucho que te guste la chica, ella trae consigo todas sus
responsabilidades como madre.
En lo demás
han de saber que las madres solteras son mujeres mucho más prácticas, que se esfuerzan mucho más
por lograr sus objetivos y que están muy deseosas de ser amadas, por lo cual
cuando ven que eso sucede en sus vidas lo valorizan mucho más, por lo que en la
mayoría de los casos tienden a ser mucho más entregadas y fieles, pero que si
tu les fallas, no dudarán en sacarte de su vida lo antes posible y sin mucha
posibilidad de retorno. Porque con una
madre soltera no se juega, se va en serio o no se va.
Necesidades afectivas y emocionales de una mujer con hijos
Hace tiempo ya de mi último post y es que como cualquiera a veces me dejo
llevar por las ocupaciones de la vida y olvido lo que me apasiona, pero
entonces en estos días me he detenido a pensar que hace mucho tiempo no escribo
y dado una cadena de eventos en mi vida consideré que sería bueno escribir
acerca de las cosas que como mujeres necesitamos cuando ya somos madres. Porque
no es lo mismo ser una mujer soltera sin hijos, que ser madre.
En líneas generales las mujeres nos llenamos de tareas y preocupaciones de manera natural, pero el tener hijos lleva todo eso a otro nivel. Ahora bien yo soy madre soltera y entiendo las cosas desde mi perspectiva, pero conozco muchas otras mujeres que son casadas y aunque en diferentes circunstancias, coincidimos en muchas de nuestras necesidades, especialmente las afectivas.
Verán, de manera natural al nacer nuestros hijos nos enfocamos en ellos a veces obsesivamente, más o menos hasta los 4 años... nos preocupamos de todas las necesidades de nuestros hijos y con ello procuramos no dejar de lado nuestras obligaciones laborales, familiares y de pareja. Pero la gran mayoría de mujeres colapsa en algún punto. Nos atacan las crisis de llanto y los hombres jamás nos entienden.
Es en ese punto, el punto de quiebre donde al vernos tan abrumada por las exigencias de la vida, que al no encontrar la forma perfecta para resolver todo, simplemente soltamos y lloramos, porque ya no podemos con el nivel de frustración de la cantidad infinita de pequeños detalles que no hemos podido cumplir como queríamos. Es ahí recién cuando recapacitamos, nos miramos y nos damos cuenta que hemos dado tanto que ahora nosotras somos quienes necesitamos.
Necesitamos de todo, generalmente lo primero es TIEMPO, tiempo para ti misma para hacer las cosas que te gustan, tiempo para cumplir con todas las metas que te propusiste y tiempo para estar SOLA y descansar. Lo segundo DINERO, si dinero y no es que sea materialista, es la realidad, puesto que muchas cosas que queremos hacer necesitan dinero y aunque tengas tiempo no las podrás hacer sin dinero. Tercero COMPRENSIÓN y aquí me voy a explayar, porque las dos anteriores dependen en un gran porcentaje de la persona misma y cómo se organice. Pero la comprensión depende de los demás y aquí comienzan a generarse una cantidad importante de necesidades afectivas a las cuales muy pocos hombres prestan atención, porque para ellos la persona que tienen en frente es la misma solo que con un poco más de responsabilidad, lo cual es cierto, pero solo en parte.
A que me refiero con esto, pues bien antes de tener hijos, yo me consideraba una mujer libre como el viento, yendo y viniendo para donde fuera solo con mis ganas de hacer las cosas. Muchas veces viajé sin un peso en bolsillo, pero con mucha energía de desenvolverme donde fuera y ahí mismo generar recursos donde sea. Así que mi nivel de seguridad dependía solo de mí y mi nivel de confianza en mí misma era tan firme que considero no me lo quebrantaba nadie. Pero cuando quedé embarazada poco a poco empecé a ver en la gente esa cara que dice "pobrecita" como diciéndome no sabe lo que le espera y si es cierto no sabía lo que me esperaba, porque aún con mi guata me dispuse a encontrar trabajo y ya las oportunidades no fueron las mismas, muchas puertas se me cerraron y luego que nació mi hijo al menos en sus primeros años mi vida fue tremendamente difícil en este aspecto, porque ya no era cuestión de simplemente buscar trabajo y ya, sino que también ir supliendo las necesidades de un niño que solo quiere estar con su madre. Y como muchas madres paso preguntándome si lo que hago es correcto o no, porque trato de balancear lo que se necesita, con lo que puedo hacer y lo que afecte menos el desarrollo de mi hijo. Y ya tu vida entera empieza a girar en función de los demás y tú sin querer te vas abandonando. Muchas veces no trabajamos en lo que más nos gusta porque lo que nos gusta no nos rentabiliza lo suficiente o simplemente se vuelve incompatible con tu roll de madre. Todo cambia.
Cambia también en el ámbito sexual y es que a nadie le cuentan que cuando tienes un hijo muchas cosas cambian ahí abajo, especialmente en lo sensorial y que el hombre si no se percata de eso y sigue haciendo las cosas como siempre, ya no nos satisface como antes y que para lograr llegar al mismo punto, él deberá ser menos mecánico y más erótico-romántico. Porque ella en el sexo buscará satisfacer no solo su necesidad sexual, sino su autoestima, su necesidad de afecto, comprensión, aceptación, protección, seguridad y felicidad. Entonces, por consiguiente ya no hablamos se sexo señores, hablamos de hacer el amor, porque allí es un todo que se completa. Por esta razón el estar sexualmente con una mujer con hijos ya no es lo mismo para un hombre, porque significa mucho más trabajo y preparación. Porque no solo tendrá que saber moverse en la cama sino que además hacerlo con ganas, con delicadeza, con palabras bonitas y sobre todo crear un antes y un después. Cosa que no calzan muchas veces con un día cansador de una jornada de trabajo para un hombre, porque normalmente al llegar a casa no quieren más problemas, sino sólo desconectarse. Y aunque no crean, las mujeres queremos lo mismo solo que muchas veces no podemos hacerlo sin ayuda de alguien que nos diga que nos ama y que nos tranquilicemos porque todo estará bien. La parte sexual, representa al menos el 30% de nuestras necesidades afectivas y emocionales, otro 20% lo representa la relación con la pareja fuera de la cama, vale decir, la ayuda que el hombre entrega en la casa muestra comprensión y empatía, el escucharla en sus problemas muestra interés en ella y el entregarles soluciones prácticas la ayuda a sentir seguridad y descanso. Por eso en líneas generales la relación con la pareja representa un 50% de las necesidades afectivas y emocionales de una mujer. Y espero que en estas palabras el hombre no solo vea la necesidad de una mujer, sino el tremendo nivel de importancia que tiene para ella en su vida diaria y se puedan dar cuenta que realmente son de valor.
El resto de necesidades se canaliza a través de nuestras relaciones con los hijos, nuestra familia y amigos. Donde de nuestros hijos buscamos amor, cariño, respeto, obediencia, ver y vivir sus logros para sentirnos orgullosas de que con nuestra ayuda han podido alcanzar sus metas. Para una mujer es fundamental construir una relación buena de comunicación con sus hijos para lograr hacerse entender por ellos y esto es un desafío con cada etapa del desarrollo, cosa que en general nos desgasta mucho porque pasamos de ser una persona normal espontánea que nunca tuvo preocupaciones porque siempre asumió que cada cual tiene que cumplir sus propias responsabilidades a el hecho de tener que enseñarle a un niño y llenar en él un sentido de responsabilidad, pero aquí también nadie nos ha contado que esto es una de las cosas más difíciles de lograr porque jamás se asienta del todo en la persona y se pierde con tanta facilidad que es un trabajo constante y que para muchas madres se vuelve extenuante. Por eso es de vital importancia lograr hacerse entender por sus hijos y más que eso, apelamos al amor que nos tienen, porque somos muy consientes que de otro modo jamás lograremos cosas en ellos, porque esa mezcla entre desarrollo y hormonas los lleva a experimentar de todo sin tomar en consideración los peligros que existen alrededor. Para los hijos es importante que ellos sepan y sean consientes que antes que ellos llegaran, su mamá era como ellos y casi siempre andaba contenta por la vida, no amargada, no enojada, no frustrada, ni gruñona... vale decir era una persona normal y que solo por su causa se ha tenido que transformar en una versión diferente de ella misma para lograr que sus hijos avancen con la vida de manera correcta. Por tanto, porque no retribuirla con comprensión, besos, mimos y palabras bonitas. La relación con nuestros hijos se lleva otro 30% de nuestras necesidades afectivas.
Un 10% de las necesidades afectivas y emocionales, queda destinado a la familia, donde aquí lo que más resalta es satisfacer esa necesidad básica de protección y comprensión, esa misma que sentimos cuando niños, la verdad es que nunca se va... siempre queremos sentirnos chiquitos en los brazos de los padres, claro que ahora asumimos que ya hemos crecido entonces buscamos su sabio consejo y apoyo, pero sin duda los abrazos son lo más importante para recordar de dónde venimos y lo que nos formó para ser quienes somos, nuestros padres son ese ladrillo central de nuestra construcción y que si nos faltan de alguna manera nos cuesta un montón construir lo que sea en nuestras vidas. En nuestros hermanos, buscamos satisfacer nuestra confianza en nosotros mismos y nuestro sentido de la amistad. Esto es porque casi siempre nuestra relación entre hermanos ha sido una competencia amistosa en la vida y ese competir nos ayudó para encontrar nuestro propio camino y aprender a distinguirnos en medio de un grupo y es finalmente lo que nos permite ser consientes de nuestro propio valor.
El otro 10% se lo llevan nuestros amigos, con ellos nos abrimos al mundo y despiertan nuestras habilidades sociales, en ellos buscamos satisfacer nuestra necesidad de empatía y complicidad. Lograr mantener los amigos una vez que eres madre no es fácil porque los ritmos de vida cambian y las preocupaciones también lo hacen, pero tener amigos a pesar de ser una mujer con hijos te ayuda mucho, porque te ayuda a recordad lo que has logrado en la vida, recordar las cosas que en forma individual te hacían feliz y básicamente los amigos te ayudan a no perder de vista tu escancia. Por esta razón los amigos juegan un papel muy importante en la vida de una mujer con hijos.
En general las mujeres tenemos muchas necesidades de las cuales no nos percatamos hasta que tenemos hijos y es que antes de los hijos, la vida era más simple y todo lo centrábamos en nosotras mismas, pero las exigencias de la sociedad sobre la mujer son tan elevadas que la única manera de sobrellevar todo es canalizando nuestras necesidades en las personas que nos rodean y no se trata de que las demás personas nos constituyan la felicidad ni mucho menos. Se trata de que a través de gestos de afecto, empatía, comprensión y sabiduría, nos permitan encontrar el camino de regreso a lo más profundo de nosotras mismas, al lugar de nuestra conciencia donde cuando estábamos sin hijos, lográbamos encontrar la respuesta a todos nuestros problemas fácilmente.
En líneas generales las mujeres nos llenamos de tareas y preocupaciones de manera natural, pero el tener hijos lleva todo eso a otro nivel. Ahora bien yo soy madre soltera y entiendo las cosas desde mi perspectiva, pero conozco muchas otras mujeres que son casadas y aunque en diferentes circunstancias, coincidimos en muchas de nuestras necesidades, especialmente las afectivas.
Verán, de manera natural al nacer nuestros hijos nos enfocamos en ellos a veces obsesivamente, más o menos hasta los 4 años... nos preocupamos de todas las necesidades de nuestros hijos y con ello procuramos no dejar de lado nuestras obligaciones laborales, familiares y de pareja. Pero la gran mayoría de mujeres colapsa en algún punto. Nos atacan las crisis de llanto y los hombres jamás nos entienden.
Es en ese punto, el punto de quiebre donde al vernos tan abrumada por las exigencias de la vida, que al no encontrar la forma perfecta para resolver todo, simplemente soltamos y lloramos, porque ya no podemos con el nivel de frustración de la cantidad infinita de pequeños detalles que no hemos podido cumplir como queríamos. Es ahí recién cuando recapacitamos, nos miramos y nos damos cuenta que hemos dado tanto que ahora nosotras somos quienes necesitamos.
Necesitamos de todo, generalmente lo primero es TIEMPO, tiempo para ti misma para hacer las cosas que te gustan, tiempo para cumplir con todas las metas que te propusiste y tiempo para estar SOLA y descansar. Lo segundo DINERO, si dinero y no es que sea materialista, es la realidad, puesto que muchas cosas que queremos hacer necesitan dinero y aunque tengas tiempo no las podrás hacer sin dinero. Tercero COMPRENSIÓN y aquí me voy a explayar, porque las dos anteriores dependen en un gran porcentaje de la persona misma y cómo se organice. Pero la comprensión depende de los demás y aquí comienzan a generarse una cantidad importante de necesidades afectivas a las cuales muy pocos hombres prestan atención, porque para ellos la persona que tienen en frente es la misma solo que con un poco más de responsabilidad, lo cual es cierto, pero solo en parte.
A que me refiero con esto, pues bien antes de tener hijos, yo me consideraba una mujer libre como el viento, yendo y viniendo para donde fuera solo con mis ganas de hacer las cosas. Muchas veces viajé sin un peso en bolsillo, pero con mucha energía de desenvolverme donde fuera y ahí mismo generar recursos donde sea. Así que mi nivel de seguridad dependía solo de mí y mi nivel de confianza en mí misma era tan firme que considero no me lo quebrantaba nadie. Pero cuando quedé embarazada poco a poco empecé a ver en la gente esa cara que dice "pobrecita" como diciéndome no sabe lo que le espera y si es cierto no sabía lo que me esperaba, porque aún con mi guata me dispuse a encontrar trabajo y ya las oportunidades no fueron las mismas, muchas puertas se me cerraron y luego que nació mi hijo al menos en sus primeros años mi vida fue tremendamente difícil en este aspecto, porque ya no era cuestión de simplemente buscar trabajo y ya, sino que también ir supliendo las necesidades de un niño que solo quiere estar con su madre. Y como muchas madres paso preguntándome si lo que hago es correcto o no, porque trato de balancear lo que se necesita, con lo que puedo hacer y lo que afecte menos el desarrollo de mi hijo. Y ya tu vida entera empieza a girar en función de los demás y tú sin querer te vas abandonando. Muchas veces no trabajamos en lo que más nos gusta porque lo que nos gusta no nos rentabiliza lo suficiente o simplemente se vuelve incompatible con tu roll de madre. Todo cambia.
Cambia también en el ámbito sexual y es que a nadie le cuentan que cuando tienes un hijo muchas cosas cambian ahí abajo, especialmente en lo sensorial y que el hombre si no se percata de eso y sigue haciendo las cosas como siempre, ya no nos satisface como antes y que para lograr llegar al mismo punto, él deberá ser menos mecánico y más erótico-romántico. Porque ella en el sexo buscará satisfacer no solo su necesidad sexual, sino su autoestima, su necesidad de afecto, comprensión, aceptación, protección, seguridad y felicidad. Entonces, por consiguiente ya no hablamos se sexo señores, hablamos de hacer el amor, porque allí es un todo que se completa. Por esta razón el estar sexualmente con una mujer con hijos ya no es lo mismo para un hombre, porque significa mucho más trabajo y preparación. Porque no solo tendrá que saber moverse en la cama sino que además hacerlo con ganas, con delicadeza, con palabras bonitas y sobre todo crear un antes y un después. Cosa que no calzan muchas veces con un día cansador de una jornada de trabajo para un hombre, porque normalmente al llegar a casa no quieren más problemas, sino sólo desconectarse. Y aunque no crean, las mujeres queremos lo mismo solo que muchas veces no podemos hacerlo sin ayuda de alguien que nos diga que nos ama y que nos tranquilicemos porque todo estará bien. La parte sexual, representa al menos el 30% de nuestras necesidades afectivas y emocionales, otro 20% lo representa la relación con la pareja fuera de la cama, vale decir, la ayuda que el hombre entrega en la casa muestra comprensión y empatía, el escucharla en sus problemas muestra interés en ella y el entregarles soluciones prácticas la ayuda a sentir seguridad y descanso. Por eso en líneas generales la relación con la pareja representa un 50% de las necesidades afectivas y emocionales de una mujer. Y espero que en estas palabras el hombre no solo vea la necesidad de una mujer, sino el tremendo nivel de importancia que tiene para ella en su vida diaria y se puedan dar cuenta que realmente son de valor.
El resto de necesidades se canaliza a través de nuestras relaciones con los hijos, nuestra familia y amigos. Donde de nuestros hijos buscamos amor, cariño, respeto, obediencia, ver y vivir sus logros para sentirnos orgullosas de que con nuestra ayuda han podido alcanzar sus metas. Para una mujer es fundamental construir una relación buena de comunicación con sus hijos para lograr hacerse entender por ellos y esto es un desafío con cada etapa del desarrollo, cosa que en general nos desgasta mucho porque pasamos de ser una persona normal espontánea que nunca tuvo preocupaciones porque siempre asumió que cada cual tiene que cumplir sus propias responsabilidades a el hecho de tener que enseñarle a un niño y llenar en él un sentido de responsabilidad, pero aquí también nadie nos ha contado que esto es una de las cosas más difíciles de lograr porque jamás se asienta del todo en la persona y se pierde con tanta facilidad que es un trabajo constante y que para muchas madres se vuelve extenuante. Por eso es de vital importancia lograr hacerse entender por sus hijos y más que eso, apelamos al amor que nos tienen, porque somos muy consientes que de otro modo jamás lograremos cosas en ellos, porque esa mezcla entre desarrollo y hormonas los lleva a experimentar de todo sin tomar en consideración los peligros que existen alrededor. Para los hijos es importante que ellos sepan y sean consientes que antes que ellos llegaran, su mamá era como ellos y casi siempre andaba contenta por la vida, no amargada, no enojada, no frustrada, ni gruñona... vale decir era una persona normal y que solo por su causa se ha tenido que transformar en una versión diferente de ella misma para lograr que sus hijos avancen con la vida de manera correcta. Por tanto, porque no retribuirla con comprensión, besos, mimos y palabras bonitas. La relación con nuestros hijos se lleva otro 30% de nuestras necesidades afectivas.
Un 10% de las necesidades afectivas y emocionales, queda destinado a la familia, donde aquí lo que más resalta es satisfacer esa necesidad básica de protección y comprensión, esa misma que sentimos cuando niños, la verdad es que nunca se va... siempre queremos sentirnos chiquitos en los brazos de los padres, claro que ahora asumimos que ya hemos crecido entonces buscamos su sabio consejo y apoyo, pero sin duda los abrazos son lo más importante para recordar de dónde venimos y lo que nos formó para ser quienes somos, nuestros padres son ese ladrillo central de nuestra construcción y que si nos faltan de alguna manera nos cuesta un montón construir lo que sea en nuestras vidas. En nuestros hermanos, buscamos satisfacer nuestra confianza en nosotros mismos y nuestro sentido de la amistad. Esto es porque casi siempre nuestra relación entre hermanos ha sido una competencia amistosa en la vida y ese competir nos ayudó para encontrar nuestro propio camino y aprender a distinguirnos en medio de un grupo y es finalmente lo que nos permite ser consientes de nuestro propio valor.
El otro 10% se lo llevan nuestros amigos, con ellos nos abrimos al mundo y despiertan nuestras habilidades sociales, en ellos buscamos satisfacer nuestra necesidad de empatía y complicidad. Lograr mantener los amigos una vez que eres madre no es fácil porque los ritmos de vida cambian y las preocupaciones también lo hacen, pero tener amigos a pesar de ser una mujer con hijos te ayuda mucho, porque te ayuda a recordad lo que has logrado en la vida, recordar las cosas que en forma individual te hacían feliz y básicamente los amigos te ayudan a no perder de vista tu escancia. Por esta razón los amigos juegan un papel muy importante en la vida de una mujer con hijos.
En general las mujeres tenemos muchas necesidades de las cuales no nos percatamos hasta que tenemos hijos y es que antes de los hijos, la vida era más simple y todo lo centrábamos en nosotras mismas, pero las exigencias de la sociedad sobre la mujer son tan elevadas que la única manera de sobrellevar todo es canalizando nuestras necesidades en las personas que nos rodean y no se trata de que las demás personas nos constituyan la felicidad ni mucho menos. Se trata de que a través de gestos de afecto, empatía, comprensión y sabiduría, nos permitan encontrar el camino de regreso a lo más profundo de nosotras mismas, al lugar de nuestra conciencia donde cuando estábamos sin hijos, lográbamos encontrar la respuesta a todos nuestros problemas fácilmente.
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