domingo, 16 de abril de 2017

Perdón y Disculpas... parecido pero no es lo mismo.

Les ha pasado que tienen a un amigo, amiga o pariente que pasa pidiendo disculpas?. Bueno, creo que todos hemos tenido a alguien así en nuestras vidas o inclusive nosotros mismos hemos jugado ese rol en alguna ocación.

En estos días me he detenido a pensar es esta parte del comportamiento humano, aquella que comete errores, la que justamente nos hace más humanos y nos diferencia de los robots.

Cuando cometemos un error pedimos disculpas o pedimos perdón, pero ese tema de pedir disculpas y/o perdón tiene una diferencia muy importante.

Pedir disculpas no es otra cosa que excusarse por algo que muy probablemente se vuelva a repetir y pese a que implica reconocer un error, no implica compensación por el error cometido y casi siempre pasa a ser un juego de palabras.

Sin embargo cuando se pide perdón, se ha pasado por un proceso serio en donde el individuo en forma consiente reconoce un error o una falta, que lo hace transitar entre la vergüenza y la tristeza y sucede el arrepentimiento, luego para salir de esa condición, se ve obligado a enfrentar la situación y solicitar perdón, lo cual casi siempre va acompañado por una situación compensatoria y/o una promesa de no volver a caer en ese tipo de situaciones.

El tener presente esta pequeña gran diferencia lo cambia todo al momento de pasar por cualquier situación difícil, porque aquel que te pida disculpas solo está solicitando que lo autorices o lo aceptes, porque tiene un defecto o falló en algo leve que considera  no necesita compensación alguna más que un bajo intento por no volver a repetir ese error, pero siempre queda en el aire la sensación de que eventualmente la situación incómoda podría repetirse.

Por otro lado cuando te piden perdón, generalmente ha conllevado un periodo de duelo en donde de cierta manera se ha desgarrado el alma e involucra un arrepentimiento genuino y la consiguiente necesidad de compensar al afectado, generalmente cuando este tipo de cosas pasa ya lo sucedido no vuelve a repetirse, porque la persona se propone como meta no volver a cometer el mismo error.




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