Mientras más avanzo en la edad y entro en esa etapa de la vida en donde comienzas a ver como los amigos de tus padres comienzan a desaparecer gradualmente... y que todos tus amigos y familiares jóvenes han formado sus familias, dejando a sus padres... te das cuenta que el ciclo de la vida no se detiene con nada. Pasamos rápidamente de nuestra niñez a la adolescencia y de ahí a la juventud y de ahí la adultez y los años de la vejez son un suspiro.
La verdad sea dicha, en nuestra adultez no nos damos ni cuenta cuando de pronto ya entramos en tierra derecha a la vejez y en este proceso nuestros hijos ahora crecen y llega el momento que se marchan de casa, entonces es el momento en que forzosamente tienes que volver a encontrarte contigo mismo y para quienes aún están en pareja... reencontrarse con sus parejas.
Cuando esto sucede muchas veces se da que se ha dedicado tanto tiempo de sus vidas a cuidar a sus hijos y a llenarla de cosas para suplir las necesidades del hijo, que se crean estructuras mentales en torno a ellos muy fuertes, tanto que cuando los hijos ya comienzan a buscar sus caminos la vida consigo mismo parece insoportable y muchas veces a la pareja que tienes en frente te parece un ser tan desconocido para ti, que no sabes cómo encajar. poco a poco te das cuenta que lo único que tenían en común era su hijo, puesto que en el tiempo cada uno hizo su propia vida viviendo bajo el mismo techo, todo esto porque sus vidas se centraron en sus hijos y no en ellos, en conocerse y reconocerse mutuamente.
Para quienes llegan a esta etapa solos... pues ni hablar, la soledad se apodera completamente de sus vidas y el sentimiento de angustia y abandono hacen de las suyas.
Cómo enfrentar esta etapa o suavizar sus efectos?... por más que le busco y le busco una solución la única respuesta que encuentro es que abiertamente los hijos tiene que intervenir constantemente en la vida de los padres. De ahí es que comprendo que la vida simplemente es un ciclo... tus padres dedicaron mucho tiempo a ti y a tu crianza en tu niñez y juventud... y tarde o temprano llega el momento de dar de vuelta la misma mano.
Ahora que pueden hacer estas personas por si mismos?... APRENDER A SOCIABILIZAR.
Entender que nadie nació para estar solo, que es necesario abrirse a las demás personas aún a riesgo de sentirse herido por alguien, y es que en estos caso más vale arriesgar que perderte en el intento.
Para aquellos que están en pareja es importante darse tiempo primero que nada, para revisar sus vida y encontrar en el recuerdo, aquello que un día los unió, aprender a conversar, El dialogo y mantener a amistad de aquellos años es fundamental para aminorar el dolor que provoca la ausencia de lo que consideramos es parte de nuestro ser, más que de nuestra vida misma.
Para cuando lleguemos a esa etapa y aún antes de eso... es necesario repetirnos constantemente que "los hijos, no son nuestros, sino de Dios, quien tiene la amabilidad de prestarnos un momento de sus vidas y su existencia para llenar la nuestra de infinitos recuerdos y para enseñarnos a ser mejores personas". Por tanto en este trayecto, nunca debemos olvidarnos de nosotros mismos y de que es lo que nos une con aquella persona con la que hemos decidido estar.
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