Cuando crecemos hay muchas formas como el mundo nos ve... sin embargo todo aquello que los demás NO ven, es lo mas importante creo yo.
Crecer no es fácil, porque incluye una serie de cambios en todo ese proceso, cambios físicos, pero también cambios anímicos, de forma de pensar.
En lo que se refiere a la madurez de los sentimientos, las emociones y el raciocinio, muchas veces el crecer involucra tiempo de soledad.
Antiguamente para poder encontrar eco en sus propios pensamientos y en la conexión con Dios, muchas personas acudían a los claustros, así no solo monjes y peregrinos tenias la oportunidad de reconciliarse con sus pensamientos, sino monarcas y gobernantes.
Cual es el claustro de tu vida y donde te ha llevado?... teniendo en consideración que el claustro es una situación transitoria, considero que muchos de nosotros al salir de casa por primera vez, vivimos nuestros propio claustro. El periodo en el que nos toca vivir solos en la vida siempre es una etapa muy provechosa que debería hacernos valorar todo aquello que es importante en nuestras vidas, debería también hacernos conocernos a nosotros mismos y entender nuestras propias capacidades, medir hasta donde podemos llegar.
A veces, es bueno tener más de un claustro en la vida... hacer un alto, ir a un lugar que nos obligue a desconectarnos del mundo, que nos obligue a reencontrarnos con nosotros mismos, pero muchas veces generar estas instancias personales, donde se busca nuevos recursos en uno mismo, generan un poco de dolor, dolor por el distanciamiento de seres amados, dolor por parte de ellos porque te extrañan. Pero este periodo en nuestra vidas es absolutamente necesario, creces, aprendes a ser tu mismo a valerte por ti mismo y ser absolutamente independiente, te sientes construyendo tu vida.
No te limites, crecer duele, pero el resultado final vale la pena. Nunca olvides que tu familia siempre querrá lo mejor para ti, pero quien vive la vida eres tu mismo.
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